Biblia Católica y La Biblia Protestante

¿LA SANTA BIBLIA ES DE INTERPRETACIÍON PERSONAL?


La Palabra de Dios no es de interpretación individual. Solo los apóstoles de Jesús y sus continuos sucesores, que han guardado el depósito de la tradición oral, sin interrupción (de generación en generación), están autorizados a interpretar la Sagrada Biblia a la luz del Espíritu Santo y de acuerdo a los signos de los tiempos. Por eso San Pedro, nuestro Primer Papa nos dice: "Pero, ante todo, tened presente que ninguna profecía de la Escritura puede interpretarse por cuenta propia; porque nunca profecía alguna ha venido por parte humana, sino que hombres movidos por el Espíritu Santo, han hablado de parte de Dios" (II Pedro 1,20-21).
La errada idea de la libre interpretación personal de la Biblia, tan promocionada por Martín Lutero y tan difundida por las sectas, es la causa principal de las divisiones entre las sectas (1 Timoteo 1,6); pues cada vez que se les ocurre a alguien una nueva (o torcida) interpretación de algún pasaje bíblico; aparece una nueva secta, esa es la principal causa que no exista la unidad (tan requerida por Jesús en Juan 17,11-23), por esas interpretaciones particulares es que surgen, cada día, nuevas sectas, novedosas denominaciones (contradictorias entre sí) y nuevas fracturas entre los protestantes.
Las sectas seguirán dividiéndose, mientras no existe en ellas, la analogía de la fe, tan requerida en Romanos 12,4-16:

Porque así como en un solo cuerpo tenemos muchos miembros con diversas funciones, también todos nosotros formamos un solo Cuerpo en Cristo, y en lo que respecta a cada uno, somos miembros los unos de los otros. Conforme a la gracia que Dios nos ha dado, todos tenemos aptitudes diferentes. El que tiene el don de la profecía, que lo ejerza según la medida de la fe. El que tiene el don del ministerio, que sirva. El que tiene el don de enseñar, que enseñe. El que tiene el don de exhortación, que exhorte. El que comparte sus bienes, que dé con sencillez. El que preside la comunidad, que lo haga con solicitud. El que practica misericordia, que lo haga con alegría. Amen con sinceridad. Tengan horror al mal y pasión por el bien. Ámense cordialmente con amor fraterno, estimando a los otros como más dignos. Con solicitud incansable y fervor de espíritu, sirvan al Señor. Alégrense en la esperanza, sean pacientes en la tribulación y perseverantes en la oración. Consideren como propias las necesidades de los santos y practiquen generosamente la hospitalidad. Bendigan a los que los persiguen, bendigan y no maldigan nunca. Alégrense con los que están alegres, y lloren con los que lloran. Vivan en armonía unos con otros, no quieran sobresalir, pónganse a la altura de los más humildes. No presuman de sabios.

Por analogía de la fe, se entiende a la cohesión de las verdades reveladas, se complementan y tienen que tener coherencia con el Plan de Dios (1 Timoteo 1,3-5; Eclesiastés 3,11-16). Además, respaldados en las Cartas de San Pedro, para los Católicos: "...La interpretación de la Escritura, queda sometido al juicio definitivo de la Iglesia, que recibió de Dios el encargo y el oficio de conservar e interpretar la Palabra de Dios"

¿POR QUÉ EL ANTIGUO TESTAMENTO PARA LOS CATÓLICOS TIENE SIETE LIBROS MÁS QUE LA VERSIÓN DE LOS PROTESTANTES?

Porque los mismos Concilios de Obispos de Cristo de todas las naciones, que canonizaron (nombraron santo) a los libros del Nuevo Testamento, también con toda autoridad canonizaron esos siete libros (Tobías, Judith, Baruc, Eclesiástico, I Macabeos, II Macabeos, Sabiduría) dentro de los 46 libros del Antiguo Testamento. Además, estos libros se encuentran en la versión griega del Antiguo Testamento llamada de los "Setenta", la cual los apóstoles citan textualmente unas trescientas veces en el Nuevo Testamento, y cuando  Jesús de Nazareth cita el Antiguo Testamento, lo hace en más del 90% de las veces de la versión en idioma griego llamada de los Setentas, por ejemplo, lo leemos en Lucas 4,18-19, cuando proclama: "El Espíritu del Señór está sobre mí, porque me ha unguido para anunciar a los poblres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor" y si Jesús utiliza y aprueba esta versión que contiene entre sus 46 Libros Sagrados los libros de Tobías, Judith, Baruc, Eclesiástico, I Macabeos y II Macabeos, Sabiduría y además los fragmentos de los libros de Ester (10,4-16,24) y Daniel (2,24-30;13;14), que entra algunos Judíos del Siglo Primero despues de Cristo, trataron de eliminar, pero los cristianos le damos su justo valor, porque sabemos que son importantes (Isaías 46,9).
Para los Católicos no tiene validez el protocanon donde los Judíos legalistas de Jamnía eliminaron las partes en idioma griego del Antiguo Testamento (único que ellos reconocen como Palabra de Dios), porque los Judíos que recharazon a Cristo, perdieron la autoridad sobre la viña del Señor (Mateo 21,43; Marcos 12,9; Lucas 20,9-19). Los judíos en el Siglo I después de Cristo, realizaron un Canon, de las Sagradas Escrituras, y trataron de eliminar de ellas, los escritos que se tratasen de la resurección y la vida eterna, para negar a Cristo, en quien ellos no creyeron, y encontraron que en los libros de los Macabeos se mencionaba directamen cinco veces la "resurección" y tres veces "la vida eterna", para negar a Cristo quien ellos no creyeron, y encontraron que en los libros de los Macabeos estaban escrito en griego, eliminaron todos los libros que estaban en griego, pero este canon de estos Judíos no es valido para los cristianos, porque ellos no admiten a Cristo, y la excusa del idioma griego tampoco es valido, porque los Evangelios y todo el Nuevo Testamento fue escrito en el griego, y son palabra divinamente inspirada. Ni siquiera, todos los apagados a la religión Judía aceptaron esa mutilación a las antiguas Escrituras, de hecho los Judíos de la dispersión (Diáspora) en Alejandría realizaron un segundo canon, declarando que se mantenían aceptando como inspirados los libros en idioma dle Antiguo Testamento, devolviendo entre ellos, el carácter de sagrado a estos libros.