EL PAPA DE ROMA
Jesucristo designó a San Pedro para dirigir su única Iglesia a la que prometió asistir hasta el fin de los tiempos, un ministerio de dirección que existiera mientras exista la Iglesia, desde que el Señor encontró este discípulo lo predestinó: "...Jesús, fijando su mirada en él, le dijo: Tú eres Simón, el hijo de Juan, tú te llamarás Cefas que quiere decir Piedra" (Juan 1,42).
Y luego ante una pregunta de Jesús y frente a las diferentes opiniones sobre su personalidad, Simón fue el único discípulo que dio su personal opinión: "Tú eres el Mesías" y ante su primera respuesta infalible por revelación de Dios Padre, Jesús otorga ese rango especial: "Y yo a mi vez te digo que eres (Cefas) Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesía, y las puertas del Hades no prevaleceran contra ella. A tí te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierrra quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo" (Mateo 16,18-19). "Y les dijo: "Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la Creación" (Marcos 16,15).
Aunado a lo anterior, Jesús dice: "Yo soy el buen Pastor: conozco a mis ovejas, y mis ovejas me conocen a mí"(Juan 10,14) y "No he sido enviado sino a las ovejas perdidas del pueblo de Israel" (Mateo 15,24). Además, Pedro en su primera carta expresa: "como ovejas descarriadas, más ahora os habéis convertido al pastor y guardían de vuestas almas" (1 Pedro 2,25) y viene el Buen Pastor para recoger su rebaño de su extravío (Lucas 15,3-7), para guiarlo (Juan 10,4), para defenderlo (Lucas 12,32), para alimentarlo (Mateo 6,34); para juzgarlo (Mateo 25,32), para conducirlo por fin a las praderas definitivas, jutno a las aguas de la vida (1 Pedro 5,4; Apocalipsis 7,17)
Aunado a lo anterior, Jesús dice: "Yo soy el buen Pastor: conozco a mis ovejas, y mis ovejas me conocen a mí"(Juan 10,14) y "No he sido enviado sino a las ovejas perdidas del pueblo de Israel" (Mateo 15,24). Además, Pedro en su primera carta expresa: "como ovejas descarriadas, más ahora os habéis convertido al pastor y guardían de vuestas almas" (1 Pedro 2,25) y viene el Buen Pastor para recoger su rebaño de su extravío (Lucas 15,3-7), para guiarlo (Juan 10,4), para defenderlo (Lucas 12,32), para alimentarlo (Mateo 6,34); para juzgarlo (Mateo 25,32), para conducirlo por fin a las praderas definitivas, jutno a las aguas de la vida (1 Pedro 5,4; Apocalipsis 7,17)
Por lo que Jesús mandá a Pedro a cuidar de sus ovejas, como lo expresa en Juan 21,15-17, le comentó tres veces que "Apacienta mis ovejas". Es un encargo que le entregó a Pedro, porqué Jesús iba a estar al lado de su padre para que viniera el Paráclito (el Espíritu Santo) en el día de Pentecostés. Ahora bien, como haría Pedro para efectuar este trabajo si las personas cumplen la ley de la Vida (nace, crece, reproduce y muere). Algun dia iba a morir Pedro y como debaja el trabajo asignado de Jesús a media. La unica manera que tenia Pedro para no dejar a las ovejas de Jesus descarriadas, es pasando el oficio de Pastor a un sucesor, como lo hace un atleta en carreras de relevo que pasan el testigo para el siguiente atleta, así debió hacer Pedro para seguir el mandato de Jesús: "Apacienta mis ovejas". Por consiguiente, el último sucesor de Pedro es el Papa Benedicto XVI que sigue cumpliendo el hermoso mandato de Jesús: "Apacienta mis ovejas". La Iglesia Católica ha tenido 265 Papas cumpliendo la misión de Jesús, El Buen Pastor.
El amor y la confianza de Pedro a su Divino Maestro, se vio probado cuando empieza a caminar sobre las aguas para salir a su encuentro (Mateo 14,25-31); ante al abandono de los judíos que no creían que Cristo era el verdadero "pan bajado del cielo", es Pedro quien reconoce que solo él tiene "palabras de vida eterna" (Juan 6,68).; en un acto de valor momentaneo tiene el coraje de decir que iría por su Señor a la carcel y hasta la muerte (Lucas 22,33); el arrojo al cortarle la oreja a Malco, cuando lo van a apresar en la noche del Jueves Santo (Juan 18,10). Asimismo, después de la resurección se encontraba pescando en el lago de Tiberias, en compañía de otros apóstoles, y aparece Jesús en la orilla, entonces: "Apenás oyó Simón Pedro que era el Señor, se vistió, porque estaba sin ropa, y se tiró al agua" (Juan 21,7).
Asimismo, el Papa, como sucesor de Pedro, es garante del depósito de la fe, la tradición escrita y oral, porque recibe de Jesucristo el poder y la misión de ser Pastor de la Iglesia Católica: "Institutyó a los Doce y puso a Simón el nombre de Pedro" (Marcos 3,16). Y Jesucristo le dice: "Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta Piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades (infierno) no prevalecerán contra ella. A tí te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos" (Mateo 16,18-19). Y a sus escogidos apóstoles les añade: "Quien a vosotros os escucha, a mi me escucha; y quien a vosotros os rechaza, a mi me rechaza; y quien me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado" (Lucas 10,16).
Las personas dirán ¿para qué se necesita de la acción Pastoral del Papa? Bueno es para mantener la tan anhelada unidad del Pueblo de Dios (Juan 17,11-21), con la necesaria armonia entre creyentes (Romanos 12,16), en torno a la sana doctrina del Señor, para garantizar la correcta interpretación de su Palabra (II Pedro 1,20-21), para que todos tengamos un mismo sentir (II Corintios 13,11) y los mismos criterios (I Corintios 1,10), es un prioridad para todos, su trabajo pastoral para que confirme nuestra fe (Lucas 22,31-32), para el mejor seguimiento del Evangelio, porque El Papa confirma las verdades reveladas en la Biblia, y su apropiada interpretación, porque "Así los puso Dios en la Iglesia, primeramente como apóstoles; en segundo lugar como profetas; en tercer lugar como maestros; luego, los milagros; luego, el don de las cureaciones; de asistencias, de gobierno, diversidad de lenguas" (I Corintios 12,28).
Por lo tanto, es necesario el Magisterio de la Iglesia, que ejercen los Obispos (entre llos El Papa y los Cadernales) para que tengamos la seguridad y garantía de las interpretación de la Biblia, de lo conrtario, no sabríamos cual interpretación fuese la correcta y se introduciría cambios y errores que daría lugar a divisiones, eso es precisamente lo que pasa en las sectas que cada ves se dividen más y van surgiendo nueveas denominaciones que se contradicen entre sí, en muchos puntos importantes, porque cada uno de sus líderes, van dando nuevos sentidos distintos a la Palabra de Dios, introduciendo cambios erróneos, tanto a la doctrina, como a la práctica de la fe.
Las personas dirán ¿para qué se necesita de la acción Pastoral del Papa? Bueno es para mantener la tan anhelada unidad del Pueblo de Dios (Juan 17,11-21), con la necesaria armonia entre creyentes (Romanos 12,16), en torno a la sana doctrina del Señor, para garantizar la correcta interpretación de su Palabra (II Pedro 1,20-21), para que todos tengamos un mismo sentir (II Corintios 13,11) y los mismos criterios (I Corintios 1,10), es un prioridad para todos, su trabajo pastoral para que confirme nuestra fe (Lucas 22,31-32), para el mejor seguimiento del Evangelio, porque El Papa confirma las verdades reveladas en la Biblia, y su apropiada interpretación, porque "Así los puso Dios en la Iglesia, primeramente como apóstoles; en segundo lugar como profetas; en tercer lugar como maestros; luego, los milagros; luego, el don de las cureaciones; de asistencias, de gobierno, diversidad de lenguas" (I Corintios 12,28).
Por lo tanto, es necesario el Magisterio de la Iglesia, que ejercen los Obispos (entre llos El Papa y los Cadernales) para que tengamos la seguridad y garantía de las interpretación de la Biblia, de lo conrtario, no sabríamos cual interpretación fuese la correcta y se introduciría cambios y errores que daría lugar a divisiones, eso es precisamente lo que pasa en las sectas que cada ves se dividen más y van surgiendo nueveas denominaciones que se contradicen entre sí, en muchos puntos importantes, porque cada uno de sus líderes, van dando nuevos sentidos distintos a la Palabra de Dios, introduciendo cambios erróneos, tanto a la doctrina, como a la práctica de la fe.
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